Debido a que esto no contribuye a combatir el hambre, afecta la economía y al medio ambiente, la Cámara de Diputados planteó que el SAT informe sobre las donaciones de comida que hacen las empresas.
De acuerdo con el Índice General de Desperdicios de Alimentos en México, elaborado por el Grupo Técnico de Pérdidas y Mermas de Alimentos como parte de la Cruzada Nacional contra el Hambre, se registra una pérdida de 37.2% por ciento de la comida que se produce en el país, incluso, con la comida en riesgo de desperdiciarse.
Asimismo, revela que los tres alimentos más desperdiciados en México, son: la guayaba (57.7%), la leche de vaca (57.1%) y el mango (54.5%), de su producción total. Además, con la comida en riesgo de desperdiciarse se podría alimentar a 7.4 millones de personas en pobreza extrema e inseguridad alimentaria en el país.
Por otra parte, el estudio Pérdidas y Desperdicio de Alimentos en el Mundo, elaborado por la FAO muestra que alrededor de un tercio de la producción de los alimentos destinados al consumo humano se pierde o desperdicia en todo el mundo, lo que equivale a aproximadamente 1 mil 300 millones de toneladas al año.
“Esto significa obligatoriamente que cantidades enormes de los recursos destinados a la producción de alimentos se utilizan en vano, y que las emisiones de Gases de Efecto Invernadero causadas por la producción de alimentos que se pierden o desperdician también son emisiones en vano”, refiere la FAO en su estudio.
Por tal motivo, la secretaria de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública en la Cámara de Diputados, Edith Anaya Mota, presentó un punto de acuerdo ante la Comisión Permanente, con el fin de que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) presente al Congreso un informe que contenga el número de empresas que donan los productos y las asociaciones civiles beneficiarias.
Asimismo, deberá exponer la documentación de respaldo del SAT que testifique el destino final de ese legado, las personas que reciben el apoyo, las entidades federativas que tienen el registro de dichas actividades, y deberá promover una campaña de difusión para que más compañías se integren a este régimen.
Explicó que frenar esta pérdida de alimentos es indispensable para combatir el hambre, aumentar los ingresos y mejorar la seguridad alimentaria en los países más pobres del mundo, cuya afectación perjudica a los hogares que sufren pobreza multidimensional, a la calidad e inocuidad alimentarias, al desarrollo económico y al medio ambiente.
Incluso, los acuerdos de venta entre agricultores y compradores pueden contribuir a la pérdida de numerosos cultivos agrícolas, ya que algunos alimentos se desechan debido a estándares de calidad que rechazan productos que no tengan una forma o apariencia perfectas.
En este contexto, recordó que la acción de prevenir la pérdida de alimentos y promover su distribución gratuita está respaldada por el artículo 27, fracción XX, de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, así como el Código Fiscal de la Federación, en su artículo 32-F, los cuales destacan que antes de la destrucción de alimentos, el contribuyente los entregue a instituciones de asistencia social, para prevenir el desperdicio y reducir el hambre.
Fuente: Cámara de Diputados / FAO
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